La Auto-agresión: Forma de plasmar en el cuerpo el sentimiento de dolor
[Fotografía de Norma Calimayor]. (Blog, 2014). Archivo de Autolesión.
En el presente nos estamos
enfrentando a una creciente problemática. La autoagresión, auto mutilación o
autolesión que constituye una conducta en la que persiste el daño tisular o
alteración deliberada del propio cuerpo sin intención de cometer suicidio. Según
los factores psicológicos “estos pacientes presentan una muy baja autoestima
con dificultades en la vinculación y poca capacidad para lograr intimidad.
Tienen una insaciable necesidad de aprobación y afecto; inmadurez emocional;
falencia en el control de impulsos e hipersensibilidad a la opinión del otro.
No desarrolla destrezas de auto-cuidado, no se sienten merecedores de bienestar
y al no lograr calmar su propia ansiedad incurren en conductas de autoagresión
a modo de autoayuda distorsionada” (Nader, 2003, p. 35). Su principal objetivo
es acabar con el sufrimiento interno, aunque ello implique agredir su propio
cuerpo y padecer dolor físico.
La autoagresión, por lo tanto, es
el daño que se ocasiona una persona hacia sí misma, este daño puede ser representado
de muchas formas, pero su fin es cuásar dolor físico o malestar físico. Se
podría pensar que las personas que se realizan tatuajes se autoagreden, en mi
opinión no es así, considero que los tatuajes son simplemente representaciones
artísticas que nos causan algún tipo de sentimiento y recuerdo de algo o
alguien y así mismo lo afirma la especialista en psicología clínica Paola Jara
“Depende del tipo de manifestación que la persona quiere hacer en el tatuaje o
la intencionalidad que se tenga, pero si se realiza el tatuaje por voluntad
propia y porque le resulta bonito, agradable o tiene un significado para él o
ella no es precisamente símbolo de que esta persona de agreda” (2018). Mientras
que si se tiene como finalidad sentir dolor o se toma como una forma de castigo
si se podría catalogar como autoagresión.

Hay varios factores de riesgo que
pueden llevar a una persona a presentar esta conducta, los cuales se puede
reconocer con mucha facilidad, entre los que se encuentran: disfunción
familiar, víctima de abuso sexual, dificultades en el contexto social, escolar
(bullying), etc. Frente a estos factores la sintomatología psicológica también
es de vital importancia a la hora de saber si una persona está sufriendo esta
conducta, una forma sencilla de explicar ello es la siguiente, “se tiene a dos
jóvenes uno de ellos hace parte de un núcleo familiar estable, funcional, en el
que se le presta la atención que necesita por parte de sus padres, no tiene
problemas asociados como separación de padres o pobreza extrema; mientras que
el otro joven hace parte de una familia disfuncional, con problemas asociados
como separación de los padres y problemas económicos”. El joven que va a estar
más fortalecido y no va a presentar posibles conductas de autoagresión es el
primer joven descrito, esto es gracias a los distintos factores psicológicos
que cada individuo presenta.
Se han presentado varios estudios
en los que se plantea que autoagredirse es como un lugar al dolor, usualmente
las personas sienten un dolor emocional, un dolor que no pueden localizar y por
lo tanto no saben dónde poner ese dolor por lo que optan por ponerlo en algo
físico (Jara, 2018). Una forma sencilla de poder identificar una persona que
esté pasando por este tipo de conducta es que habitualmente tienden a estar
solos, a encerrarse en su habitación para que sus padres no se den cuenta de
las conductas que están teniendo, se interesan por las cuchillas, utilizan a
menudo camisetas manga larga para esconder los cortes o manillas muy anchas y
tienden a expresar tristeza a no ser que estén conformes en su contexto. Es
preciso aclarar que las personas que sufren de autoagresión no presentan
precisamente algunos de los tipos de trastornos que son descritos en el DSM IV y
el DSM V.
Estos individuos presentan una
dificultad en la regulación emocional, es decir, se les resulta difícil
controlar sus emociones y por ello se debe ayudar en las habilidades
comunicativas y de autocuidado para que no pase de ser una dificultad emocional
a un trastorno, porque resulta que regularmente la autoagresión puede ser el
inicio de otra sintomatología de una enfermedad mental. Hekady (2017) refiere que es ahí donde el
psicólogo principalmente en sus investigaciones debe basarse en la observación
y análisis de las conductas adoptadas por un individuo (01). Ahora bien, no todo el
tiempo son muy evidentes las conductas y tendencias que puede tener una
persona, por lo cual es necesario que el psicólogo se apoye en otros
instrumentos, como lo son la entrevista y los tests psicológicos, que le
permitirán mejorar, sustentar y apoyar sus hipótesis según el caso que se
encuentre estudiando.
Referencias
Ramón, J. M. (2002). Autoagreción. Curso virtual interdisciplinario a distancia salud mental, psicología y psicopatologíadel niño, el adolescente y su familia: Otorgado por la UBA. Recuperado de: http://www.psicoadolescencia.com.ar/docs/3/final2.pdf